El miedo es una emoción que forma parte de la vida del ser humano, es una herramienta brutalmente vital que trae sus beneficios pero que también nos impide vivir de manera plena.
¿El miedo es el imán a lo que le tememos?
Para entender más acerca del miedo y su atracción a aquellas cosas a las cuales les tememos, te traigo este Cuento Sufí.
La cultura Sufí es una rama del islamismo que solo supone un 5%, es muy antigua y tiene una serie de características.
Los que pertenecen a esta cultura son muchísimo menos estrictos en el cumplimiento de las normas, ellos abogan mucho más por la mirada hacia adentro y una de las maneras que eligieron para la transmisión de sus conocimientos son los cuentos, historias y fábulas, jugando con un poco con el humor, lo absurdo y la paradoja. El cuento es el siguiente:
Una mañana un soldado le dice asustado a su jeque árabe:
Amo, necesito que me preste un camello y me permita huir hacia Marrakech.
A lo que el jeque contesta:
- ¿Como así? hijo mio.
Es que acabo de cruzarme con la muerte y me ha mirado mal.
- Pues coge el camello y huye.
Pasado unas horas el jeque se cruza con la muerte y le pregunta por qué ha mirado mal a su criado y la muerte le responde:
No, yo no le he mirado mal, solo le he mirado extrañada de verle tan lejos de Marrakech, donde debe ir esta noche a buscarme.
Es un cuento muy sencillo pero nos habla de esta emoción, de cómo el pánico o miedo es un imán a lo que le tememos en la vida, el miedo es aquello que lleva a las personas de cabeza a lo que temen, a ese peligro.
Por ejemplo, mi hijo pequeño tiene 4 años y le estaba enseñando a andar en bicicleta un día, tenía espacio suficiente para andar y, en medio, una farola, cuando estaba a 4 metros de la farola dirigiéndose hacia hacia ella, en vez de escoger ir hacia los lados, fue directo a ella gracias al miedo que le tenía.

El miedo nos atrae, nos llama como un imán hacia el peligro.
El vértigo es el miedo o pánico a las alturas, lo cual podría confundirse como un miedo a caerse, cuanto más miedo tengo más me atrae. En este caso no es una sensación de que me voy a caer, es de que me atrae y me voy a tirar, a esto se le denomina, la profecía autocumplida, si tengo miedo de me voy a caer, claro que lo voy a cumplir.
Una vez conocí a una chica en verano que llevaba un pantalón corto y tenía la pierna llena de moretones y le pregunté qué había ocurrido, a lo que ella mencionó “Iba por casa y de repente veo una mesa y comencé a pensar en que me iba a dar, generó en mí esa emoción, ese miedo, esa ansiedad ante el peligro y pues, me di“.
Es una idea en la vida de yo temo, yo profetizo y yo cumplo.
¿El miedo a caerse puede producir una nueva caída?
Se realizó un estudio en el país Vasco con ancianos dependientes que se habian caido para analizar y estudiar qué sucedía en su salud y vida durante los meses posteriores a las caídas, una de las conclusiones fue que la probabilidad de que un anciano que se ha caído se vuelva a caer en su vida es directamente proporcional al tiempo que permaneció en el suelo en esa primera caída.
Ejemplo, si el anciano se cayó y estuvo en el suelo 20 segundos hasta que su hijo, que estaba en casa, fue corriendo y le socorrió sería poco probable que se caiga durante los próximos meses.
En cambio, el anciano que duró 2 horas en el suelo con diferentes emociones como el miedo y ansiedad, hasta que su hija, que estaba fuera lo ayudó, ese anciano tendrá más probabilidades de caerse en los siguientes meses.
De igual manera ocurre si se cayó y permaneció en el suelo 11 horas, donde se pudo haber hecho encima, donde tuvo ansiedad, miedo, sintió el peligro y experimentó diversas emociones, hasta que un vecino de arriba escuchó sus lamentos y bajo a socorrerlo, ese anciano tendrá probabilidades muchísimo más elevadas de caerse en los próximos meses de vida y afectar su salud.
Este tipo de personas mayores según la psicología se van a caer o se van a tirar, la diferencia entre estas personas es la cantidad de miedo que tuvieron durante esas caídas, esa cantidad de emociones negativas, como el miedo y la ansiedad, que experimentaron.
Ese miedo encamina hacia el suelo, en vez de dedicar todos los recursos a no caerse.
Esto se puede aplicar a muchas otras cosas en la vida, el miedo se convierte en un imán, sobre todo cuando no se domina o del que no se es consciente.
El miedo nos puede encaminar hacia la oscuridad en vez de hacia la luz, según como utilicemos el miedo, como lo encaremos o como lo asumamos. Si miramos nuestras emociones, al miedo a la cara y desde ahí tomamos decisiones y acciones todo será muy diferente a si queremos huir, donde seguramente nos estemos metiendo en problemas mayores y los cuales no sabremos afrontar.
Aprende más acerca de este tema, échale un vistazo al siguiente vídeo.