¿Intentas mejorar tus hábitos para mejorar tu salud pero no se te da bien? Seguramente estás cometiendo algunos errores que impiden que logres tus objetivos, a través de este artículo de Bodymind te los revelaré
Errores al medir el Progreso
Hay algo muy frecuente que sucede cuando queremos mejorar nuestros hábitos en nuestra vida y es que no somos objetivos a la hora de medir el progreso.
Por ejemplo, como cuando una persona desea ponerse en forma para mejorar su salud o físico y empieza a hacer ejercicio todos los días por mucho tiempo con una expectativa de estar con una esbelta figura en poco tiempo.
Cuando queremos conseguir una meta a través de la adquisición de nuevos hábitos, se nos hace claro el objetivo, pero se nos dificulta hacer las mediciones más adecuadas para cada fase del progreso
¿Cómo es el proceso al adquirir un hábito?
El sueño de todo ser humano a la hora de querer modificar su estilo de vida es que los resultados se vean rápido y con poco esfuerzo, sin embargo, nada está más alejado de la realidad.
“El proceso a la hora de adquirir un hábito o con la visión de cumplir una meta puede ser bastante largo y complicado…”
Es por ello, que se cometen ciertos errores que impiden el cumplimiento de estos objetivos, en nuestra MasterClass Gratuita Las 7 Claves para Crear y Eliminar Hábitos Fácilmente te doy algunas herramientas para que puedas vivir este proceso de la mejor manera posible y mejorar tu salud.
Por otro lado, a lo largo de este texto te daré algunos ejemplos con los cuales te podrás identificar los cuales te ayudarán a comprender porque muchas veces abandonas tus objetivos a mitad del camino.
El bambú, una planta fuera de lo común.
El bambú se pasa 5 años echando raíces, unas raíces súper extensas, grandes y profundas, para que después, en cuestión de solamente dos meses, el bambú crezca hasta dos o tres metros.

Esto me parece una auténtica barbaridad y creo que sí las personas fuésemos como los bambúes nunca llegaríamos a crecer, porque hay que tener mucho aguante para estar 5 años simplemente echando raíces, sin tener ningún tipo de progreso.
Si identificamos esto con adquirir un hábito o el tema de ponerse en forma ¿Quién va a estar cinco años sin ver ningún cambio en su cuerpo? Para después en dos meses obtener grandes cambios en su cuerpo y en su salud.
Creo que las personas por mucho que avancemos, no seríamos capaces de mantener tanto tiempo. Por desgracia (o por suerte), no hace falta que aguantemos tanto, pero el ejemplo del bambú nos sirve para poner perspectiva en este tema.
El hielo ¿Cambia de composición fácilmente?
Otro ejemplo es el hielo, cuando nosotros tenemos un cubo de hielo puesto encima de una mesa, seguramente el hielo se mantenga sin cambiar su estado, puede que se derrita un pelín, sin embargo, se mantiene el cubito con su forma o con su temperatura o características.

Si colocamos el cubito encima de una mesa en una habitación que esté a menos 10 grados, probablemente ese cubito nunca se derrita.
Pero, en cuanto lleguemos a 1°, ese paso de 0 grados a 1° es el que realmente va a marcar la diferencia y va a hacer que ese cubito se vaya derritiendo.
¿Qué podemos identificar con nuestros hábitos en relación a estas dos historias de ejemplo? Que tenemos que esperar el momento óptimo para conseguir esos cambios y sobre todo tenemos que tener paciencia y para tener paciencia, es muy importante saber cómo va a ser el proceso.
“Porque si sabemos que el proceso va a durar cierta cantidad tiempo, podemos tener esa calma interior de decir: vale, pues voy a ser capaz de aguantarlo…”
En cambio, si no sé si soy un bambú o un cubo de hielo, la historia será otra.
Intenta identificarte con estos ejemplos, si es tu caso, para aprender a mantener esa paciencia y sobre todo a buscar cuál es el plazo de tiempo de cada acción o de cada hábito para obtener los resultados que buscamos.
Todo esto y más lo aprenderás en mi Programa de Crea y elimina hábitos fácilmente, donde conocerás más elementos que influyen en estos procesos.
La Meseta de potencial latente y su relación con tus hábitos
James Clear (un autor que me encanta sobre temas de hábitos) menciona como surge el “abismo de la desilusión”.
Si lo vemos desde una gráfica una línea vertical tenemos los resultados que queremos obtener, mientras que en una línea horizontal tenemos el tiempo de desarrollo.

En esta gráfica las personas creemos que lo que va a suceder va a ser que en el medio de estas dos líneas exista un avance que es proporcional con el tiempo, es decir, que conforme vaya pasando el tiempo vamos a ir mejorando.
Sin embargo, no es así, el “abismo de la desilusión” ejemplifica lo que ocurre con el bambú, que al principio los resultados van a ser muy pobres y mientras más vaya pasando el tiempo, va a ir aumentando la cantidad de resultado (muy poco), hasta que en un punto van a ser incluso mejores que lo que creíamos que iba a suceder.
¿Qué pasa con esto? Que la mayoría de las personas con el tiempo abandonan, dejan de pensar en su hábito, tienen el pensamiento que si se estaba haciendo ejercicio a determinado tiempo deberían obtener resultados, si esto no es así abandono.
“Pero con esto, como el ejemplo del bambú, al abandonar va a perder todo el trabajo y cercano despegue de progreso…”
Se le llama Abismo de la desilusión porque es la zona en la que la mayoría de las personas se desilusionan y abandonan sus buenas intenciones de crear nuevos hábitos.
Dicho esto me parece súper interesante que aprendas lo que es la meseta de potencial latente en la ejemplifica que tenemos un potencial latente, un potencial que todavía no se ha desarrollado, no se ha puesto en práctica, pero que si aguantaba el tiempo suficiente con muy poquito esfuerzo lo vamos a conseguir.
¿Cómo afectan las expectativas a las personas?
Para responder esta pregunta te contaré una breve historia:
Había una persona que tenía en su casa una zona para un pequeño campito, plantó semillas de diferentes plantas, distintas cada una. Estas plantas eran de tomate, pimientos, calabacines, cebolla, naranja, limón… plantó de todo tipo de árboles.
¿Qué ocurrió? Al cabo de una semana fue un amigo a visitarlo y este hombre, que había plantado todas estas semillas le dijo muy ilusionado:
“Fíjate ¡He plantado 20 tipos de plantas diferentes! ya verás, como cuando pase un mes, va a haber 20 árboles gigantescos, todos dando sus frutos.”
El señor estaba excesivamente motivado, sin embargo, al cabo del mes volvió su amigo de nuevo a ver cómo estaba su campo y este hombre que plantó las semillas estaba muy triste.
Estaba desilusionado porque decía:
“Hay tres plantitas que han empezado a crecer del resto, no veo nada, creo que ha sido un fracaso, creo que lo he hecho mal”
El amigo dijo:
“Hombre espérate un poquito, espérate a ver qué ocurre…”
Volvió al cabo del mes y vio que ya habían cinco o seis plantas que habían crecido un poquito más y habían dos que estaban mucho más altas… Al cabo de los 5 meses había más diferencias, algunas empezaban a surgir a los 5 meses, otras ya llevaban varios metros de altura.

Lo que quiero demostrar con esta historia, que da igual cuanto tiempo tarda en crecer una planta, porque cada planta va a crecer a un ritmo diferente, el señor no había plantado solamente calabacines o solamente naranjas, había plantado de todo…
Cada uno tiene su tiempo y a las personas nos pasa exactamente igual.
Es muy común compararnos, nos comparamos con otra persona que empiezan a hacer ejercicio a la vez que nosotros que seguramente vayan a un ritmo distinto, puede que vayan mejor, peor,más rápido o más lento… da igual.
Cada persona es como una semillita, cada persona tiene su ritmo y es por ello que no debemos tener expectativas erróneas, ni compararnos ni frustrarnos, ni querer acelerar más de la cuenta, porque el cuerpo humano tiene su ritmo y esos ritmos son inalterables y nosotros podemos ayudarle a que se mantengan, haciendo cosas correctas para que vayan a un ritmo óptimo y para que no se ralentice.
Pero, no podemos meterle el turbo al cuerpo humano, meterle prisa es la peor de las estrategias que podemos hacer, simplemente podemos ayudarle…
A estas semillas debemos echarle los fertilizantes, los abonos, todos los nutrientes que necesite, entregarlo con la frecuencia adecuada y así van a poder explotar su máxima velocidad natural, podemos ayudarle a mejorar esa velocidad natural pero no podemos decirle: ¡venga! que en un mes tienes que estar ya dando frutos y tenemos que cosechar.
A lo largo de este texto te he proporcionado algunos ejemplos de errores que puedes estar cometiendo a la hora de querer mejorar tu vida a través de la creación de nuevos hábitos o la eliminación de aquellos que no te hacen bien.
Me gustaría ayudarte más a través de este proceso, para ello te invito a formar parte de mi Programa de Creación y Eliminación de Hábitos, donde te proporcionaré las herramientas que necesitas para mejorar tu salud y calidad de vida de una vez por todas.