¿Cuántas veces no nos hemos caído justo en donde teníamos miedo de caer? A través de este artículo de Bodymind explicaremos acerca del miedo como un imán que nos conduce a ello.
¿Atraemos a lo que le tenemos miedo?
- Profecía autocumplida: es proyectar, pronosticar y casi que predecir lo que va a suceder, tendemos a cumplir lo que hemos profesado.
De la misma manera que sucede con nosotros también sucede con nuestros hijos al decir “ te vas a caer” prácticamente estás llevando a que suceda y se caiga.
- Pulsión de muerte: desde la psicología la pulsión de muerte es la contraparte a la pulsión de vida, una nos lleva hacia adelante y otra es una especie de añoranza de volver a vivir, siendo una con el todo, está el deseo de volver a ese situación de paz y de reposo, relacionado con la pulsión de muerte en la psicología.
Ese impulso y atracción a la muerte, se ve muy nítidamente cuando tenemos vértigo, donde no hay miedo o pánico a caerse, hay miedo a tirarse.
Ejemplos del miedo como imán
- La chica de las piernas llenas de moretones: En una de las fiestas de piso de estudiantes una chica llevaba un short y las piernas llenas de moretones, cuando se le preguntó por qué tenía la pierna así, la chica alegó es que iba por casa y de la nada vió una mesa y la esquina de la misma, cuando estaba a dos metros lo cual le generó diversas emociones como ansiedad, miedo o pánico y pensó “me voy a dar con la esquina se esa mesa” y acto seguido se golpeó con la misma.
Esto es un ejemplo paradigmático, muy claro y establecido. La chica profetiza y cumple, todos hacemos cosas como estas, quizás no tan paradigmáticas pero todos jugamos a ese tipo de cosas de una forma u otra.
- La persona que va andando en bicicleta y va directo al hoyo: Cuanta más seguridad hay, se ve el hoyo y se esquiva. Una persona que va con miedo o con ansiedad en la bicicleta cuando ve el hoyo en la carretera se va directo al agujero, es su propio miedo el que lo conduce como un imán hacía ello que le teme.

El actor que repite y repite, cuando una persona se equivoca durante un rodaje y se corta y se le pide que repita, la probabilidad de equivocarse será el doble, ya que en él se genera una emoción o ansiedad y arranca profetizando que se puede volver a confundir, se enfoca en el fallo y no en lo que quiere contar.
Si se equivoca 2 veces la probabilidad de que falle nuevamente será el doble y así sucesivamente. Por eso es preferible que no se repita, hay que seguir adelante y que no se genere esa emoción o miedo de equivocarse.
- El anciano que se ha caído y se va a caer: Este ejemplo viene de un estudio realizado a personas mayores que se habían caído.
El estudio estuvo enfocado en qué pasaba con esos ancianos en los meses siguientes, qué probabilidad tenían de caerse nuevamente, la conclusión fue que la probabilidad de que un anciano que se haya caído y se vuelva a caer es directamente proporcional al tiempo que duró luego de la caída.
Es decir, si un anciano se cayó y su hija estaba por casa y lo auxilio rápidamente tiene poca probabilidad de volverse a caer los meses siguientes.
Si se cayó y estuvo en el suelo dos horas hasta que la vecina bajó a socorrerla la probabilidad de que se caiga es mayor.
Por último, si el anciano se cayó y tardó 11 horas tirado, donde se deshidrató y se hizo encima, hasta que su hija llegó porque lo llamaba y no respondía, ese anciano tendrá muchos boletos de caerse en los próximos meses.
Realmente ese anciano no se va a caer, se va a tirar, le pasará igual que a la chica, que al actor o que al de la bicicleta.
Ante el más mínimo desequilibrio todo su ser en vez de disponerse para equilibrarse y no caerse (como haría una persona que anda en bicicleta con seguridad), todas sus energías y capacidades van direccionadas a caerse debido a las diversas emociones que experimento, a ese miedo, es por ello que, no nos caemos, nos tiramos.
Todos llevamos estas tendencias, todos jugamos a tirarnos en vez de caernos debido al miedo, a mayor y menor medida…
Conoce más acerca de este tema a través de este vídeo